LECTURA 33
Lectura comprensiva 5º
EL ÚLTIMO MOHICANO
“Parecía un hombre acostumbrado a toda clase de penalidades y fatigas desde su primera juventud. Llevaba un sayo de cazador, de paño verde con vivos amarillos casi desteñidos, y tocaba su cabeza con un gorrillo de pieles, del que ya no quedaba sino el cuero (…) Llevaba un cuchillo en su cinturón de cuentas de madreperla (…)
Sus mocasines o abarcas, de piel de gamo, los llevaba calzados al uso de los indios, y la única parte de su atavío que se podía ver bajo el sayo de caza eran unas altas polainas de piel de gamo, cerradas por lazos a los lados y atadas por encima de la rodilla con nervios de corzo. Un cuerno para la pólvora y una bolsa para las municiones completaban su atavío, amén de un largo rifle. Sus ojos eran pequeños, vivos, inquietos, de mirada aguda, y no cesaban de moverse y mirar en todas direcciones mientras hablaba, como si buscara piezas que cazar o su desconfianza le anunciase la proximidad de un enemigo que le acechase. A pesar de estos síntomas de constante intranquilidad, su aspecto no sólo no tenía nada de artificioso, sino que era la completa expresión de la más sana honradez”.
“El último mohicano”
James Fenimore Cooper
C.F.M.
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Pregunta 3
Pregunta 4
Pregunta 5
Pregunta 6
Pregunta 7
Pregunta 8
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