Saltar la navegación

LECTURA 7

 

ROMPECABEZAS

 

 L4-7.1

 

 

Pues señor... digo que aquel día o aquella tarde, o pongamos noche, iban por los llanos de Egipto, en la región que llaman Djebel Ezzrit , tres personas y un borriquillo. Servía este de cabalgadura a una hermosa joven que llevaba un niño en brazos; a pie, junto a ella, caminaba un anciano grave, empuñando un palo, que así le servía para fustigar al rucio como para sostener su paso fatigoso.

Pronto se les conocía que eran fugitivos, que buscaban en aquellas tierras refugio contra perseguidores de otro país, pues sin detenerse más que lo preciso para reparar las fuerzas, escogían para sus descansos lugares escondidos, huecos de peñas solitarias, o bien matorros espesos, más frecuentados de fieras que de hombres.

La suerte les deparó, o por mejor decir, el Eterno Señor, un buen amigo, mercader opulento, que volvía de Tebas con sinfín de servidores y una cáfila de camellos cargados de riquezas. Contaron sus penas y trabajos los viajeros al generoso traficante, y éste les albergó en una de sus mejores tiendas, les regaló con excelentes manjares, y alentó sus abatidos ánimos con pláticas amenas y relatos de viajes y aventuras, que el precioso niño escuchaba con gravedad sonriente, como oyen los grandes a los pequeños, cuando los pequeños se saben la lección.

Al despedirse asegurándoles que en aquella provincia interna del Egipto debían considerarse libres de persecución, entregó al anciano un puñado de monedas, y en la mano del niño puso una de oro, con endiabladas leyendas por una y otra cara. No hay que decir que esto motivó una familiar disputa entre el varón grave y la madre hermosa, pues aquel, obrando con prudencia y económica previsión, creía que la moneda estaba más segura en su bolsa que en la mano del nene, y su señora, apretando el puño de su hijito y besándolo una y otra vez, declaraba que aquellos deditos eran arca segura para guardar todos los tesoros del mundo.

L4-7.2

C.F.M.

 

Pregunta

¿Quiénes eran las tres personas?

Respuestas

Una mujer vieja, un niño y un hombre joven.

Una mujer joven, un niño y un hombre viejo.

Un hombre y una mujer jóvenes y un niño.

Retroalimentación

Pregunta

¿Quién iba montado en el burro?

Respuestas

La mujer y el niño.

El niño.

El anciano y el niño.

Retroalimentación

Pregunta

¿Para qué servía el palo?

Respuestas

Para golpear al burro.

Para que el anciano se apoyase.

Para ambas cosas.

Retroalimentación

Pregunta

¿De dónde eran los tres personajes?

Respuestas

De un país extranjero.

De Egipto.

De Djebel Ezzrit.

Retroalimentación

Pregunta

¿Por qué se escondían?

Respuestas

Para descansar y reponer fuerzas.

Para escapar de sus perseguidores.

Para ocultarse de las fieras.

Retroalimentación

Pregunta

La mujer, el niño y el anciano tuvieron suerte porque...

Respuestas

Les contaron muchas historias.

Encontraron camellos con riquezas.

Conocieron a un rico mercader.

Retroalimentación

Pregunta

En aquella provincia del interior de Egipto...

Respuestas

Tendrían que seguir escondiéndose.

Ya no iban a ser perseguidos.

Les iba a proteger el mercader.

Retroalimentación

Pregunta

¿Quiénes recibieron monedas del mercader?

Respuestas

La mujer, el anciano y el niño.

La mujer y el niño.

El anciano y el niño.

Retroalimentación

Pregunta

¿Por qué discutieron?

Respuestas

Por las monedas de la mujer.

Por la moneda del niño.

Por las monedas del anciano.

Retroalimentación

Pregunta

¿Qué relación familiar había entre los personajes?

Respuestas

Eran marido, esposa e hijo.

Eran abuelo, hija y nieto.

Una mujer con su hijo y un anciano.

Retroalimentación