LECTURA 50
LA CAMISA DEL HOMBRE FELIZ - III
Un día, muy de mañana, la reina salió a dar un paseo por el campo.
Estaba amaneciendo cuando, en una viña, vio a un joven que entonaba una alegre canción mientras realizaba un duro trabajo.
Buenos días, majestad –saludó el campesino, muy sorprendido por aquella visita.
Dime, campesino, ¿no te gustaría dejar este trabajo tan sufrido? Podrías cambiar de vida y…
¡Oh, no, majestad! No deseo cambiar mi vida. Soy muy feliz en el campo, trabajando al aire libre…
La reina se dio cuenta de que había encontrado, por fin, a la persona que
estaba buscando. ¡Un hombre completamente feliz!
Escucha, joven, ¿puedo pedirte un favor?
¡Por supuesto! Si puedo, lo haré de todo corazón.
Necesito que me des tu camisa –pidió la reina.
Es que… Verá, señora, yo no tengo ninguna camisa…
Sólo tengo esta vieja chaqueta –balbuceó el joven mientras se despojaba de la prenda y se la tendía a la soberana-.
¡El hombre feliz ni siquiera tenía una camisa!
Sin salir de su asombro, la reina cogió la chaqueta pensando que quizá también serviría, porque pertenecía a un hombre que era realmente feliz.
C.F.M.
Solución
REsponde Verdadero-Falso
Retroalimentación
Falso
Retroalimentación
Verdadero
Retroalimentación
Falso
Retroalimentación
Verdadero
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