Saltar la navegación

LECTURA 49

 

LA CAMISA DEL HOMBRE FELIZ - II

 

L49.1 

 

Un día se presentó en la corte un anciano y solicitó audiencia con la soberana.

Majestad, he sabido de la enfermedad del príncipe y quiero intentar curarlo.

Gracias, buen hombre –contestó la reina con un rayo de esperanza en su rostro-. Decidme qué podemos hacer.

Señora, debéis buscar la camisa de un hombre feliz.

Creo que el contacto con esa prenda podrá contagiar al príncipe la dicha que le falta. Pero tiene que ser la camisa de un hombre verdaderamente feliz. Si no, no servirá.

Sin perder un instante, la reina envió a sus embajadores por todo el mundo en busca de un hombre feliz.

Pasado un tiempo, la visitaron muchas personas que parecían felices.

Pero, durante sus conversaciones, ella no tardaba en descubrir que aquel que tenía salud y familia echaba en falta el dinero; y aquel que poseía riquezas, se sentía solo. Nadie, pues, era totalmente feliz.

 

L48.2

C.F.M.

 

 

Pregunta

¿Quién solicitó audiencia con la soberana?

Respuestas

Un mendigo.

Un joven.

Un anciano.

Retroalimentación

Pregunta

¿Qué tenían que buscar, según el anciano, para curar la enfermedad del príncipe?

Respuestas

Unos zapatos.

Un pantalón.

La camisa de un hombre feliz.

Un abrigo de un hombre pobre.

Retroalimentación

Pregunta

¿Qué personas visitaron a la reina?

Respuestas

Personas que parecían felices.

Personas sanas.

Personas infelices.

Retroalimentación

Pregunta

En el texto pone: “ un anciano solicitó audiencia con la soberana “

La palabra subrayada la podemos cambiar por una de estas:

Respuestas

Ciencia.

Entrevista.

Comer.

Retroalimentación

Pregunta

¿De qué otra forma llama el anciano a la camisa?

Respuestas

Blusa.

Camiseta.

Prenda.

Retroalimentación

Pregunta

¿A quién envió la reina para buscar a un hombre feliz?

Respuestas

A sus ministros.

A sus mensajeros.

A sus embajadores.

Retroalimentación

Pregunta

¿Habló la reina con todas las personas que la visitaron?

Respuestas

Si.

No.

Retroalimentación