LECTURA 47
Lectura comprensiva 4º
ODRADEK
Algunos dicen que la palabra “odradek” viene del ruso. Otros, en cambio, creen que es de origen alemán.
Como es lógico, nadie se preocuparía si no fuera porque existe realmente un ser llamado Odradek. A primera vista se parece a un carrete de hilo en forma de estrella plana. Parece cubierto de hilo, pero más bien se trata de pedazos de hilo, de los colores más diversos, atados o unidos entre sí. Pero no es únicamente un carrete de hilo, pues de su centro sale un pequeño palito, al que hay fijado otro, en ángulo recto. Con ayuda de este último, por un lado, y con una especie de prolongación, por el otro, el odradek puede sostenerse como sobre dos patas. Uno siente la tentación de creer que esta criatura tuvo, tiempos atrás, otra forma y que ahora está rota. En ninguna parte se ven huellas añadidas o de puntos de rotura. Y no es posible dar más detalles, porque odradek es muy movedizo y no se deja coger.
Vive bajo los techos, en la escalera o en los pasillos. A veces no se deja ver durante meses, como si se hubiera ido a otra casa, pero siempre vuelve a la nuestra. A veces, cuando uno sale por la puerta y lo descubre junto a la barandilla, al pie de la escalera, entran ganas de hablar con él. No se le hacen preguntas difíciles porque como es tan pequeño, uno lo trata como si fuera un niño.
-¿Cómo te llamas? -le pregunto.
-Odradek -me contesta y se ríe. Es una risa como la que podría producir si no se tuvieran pulmones. Suena como el crujido de hojas secas y con ella suele acabar la conversación. A veces ni siquiera contesta y permanece tan callado como la madera de la que parece hecho.
(Franz Kafka)
C.F.M.
Obra publicada con Licencia Creative Commons Reconocimiento Compartir igual 4.0