Saltar la navegación

Comprensión oral 6º

Presta atención a lo que vas a ESCUCHAR para que puedas responder a las preguntas.audio
Primero mira las preguntas relacionadas con lo que vas a oír, pero no tendrás que contestar nada todavía. A continuación escucha el texto dos veces seguidas y, finalmente, contesta una a una las preguntas.

Pulsa sobre la flecha (PLAY) para comenzar a escuchar el audio:

Autor: Roald Dahl
Locución: Manuel López Castilleja

Fondo musical: Stamenkovic_Sleepy_pipe
jamendo.com

1

Pregunta

Charlie había cenado una aguada...

Respuestas

sopa de espárragos.

sopa de pollo.

sopa de repollo.

sopa de pescado.

Retroalimentación

2

Pregunta

Los abuelos de Charlie que tenían más de cuatro años eran...

Respuestas

las mujeres.

los padres de su madre.

los hombres.

los cuatro.

Retroalimentación

3

Pregunta

¿Qué hacían los abuelos hasta que aparecía Charlie?

Respuestas

Jugaban a las cartas.

Yacían acurrucados en la única cama.

Comían ciruelas pasas.

Discutían constantemente entre sí.

Retroalimentación

4

Pregunta

El padre y la madre de Charlie acudían a la habitación a menudo para...

Respuestas

pedirles a todos que se callaran y se fueran a dormir.

despedir a los abuelos y darles las buenas noches.

comprobar que Charlie se despedía de sus abuelos.

escuchar las historias que contaban los ancianos.

Retroalimentación

5

Pregunta

El más anciano de los cuatro abuelos, el que tenía noventa y seis años y medio, era... 

Respuestas

el abuelo Joe.

la abuela Josephine.

el abuelo George.

la abuela Georgina.

Retroalimentación

6

Pregunta

¿Cuáles de estos dulces habían inventado el señor Willy Wonka?

Respuestas

Caramelos que cambian de color cada diez segundos.

Caramelos que saben a arándanos recién recogidos.

Chicles que cambian de sabor cada vez que haces un globo.

Pequeños dulces que se derriten nada más ponerlos en los labios.

Retroalimentación

7

Lee y completa

«Le advierto que no le mucho tiempo, de modo que será mejor que empiece a ahora mismo.» «¡Tonterías!», gritó el , «¡no voy a comerme mi ! ¡Ni siquiera pienso mordisquear las o lamer las ! ¡Voy a vivir en él!» Pero, por supuesto, el señor Wonka tenía razón, porque poco tiempo después hizo un día muy con un sol , y el palacio entero empezó a , y luego se fue derrumbando lentamente, y el pobre príncipe, que en aquel momento estaba durmiendo la siesta en el , se despertó para encontrarse nadando en un enorme lago marrón de chocolate.

Habilitar JavaScript