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LECTURA 47

 

EL SECRETO DE LA RIQUEZA

 

 

 L47.1

 

Había una vez un agricultor muy rico. Queriendo enseñar agricultura a sus hijos, les dijo:

– Hijos míos, ya veis cómo me he enriquecido. Si me escucháis, vosotros también llegaréis a ser ricos.

– Por favor, padre, dínoslo —le dijeron.

Entonces, muy hábilmente, aquel hombre se las arregló para que se apartaran de la vagancia, diciéndoles:

– Tiene cada año un único día en el que, si trabajas fuerte, te vuelves rico. Mi mucha edad ha hecho que me haya olvidado de cuál es. Por lo tanto, no seáis nunca perezosos, no estéis ociosos ni un solo día, no sea que precisamente en ese día bendito os descuidéis y luego os esforcéis en vano todo el resto del año.

 

L47.2

C.F.M.

 

Pregunta

¿Qué quería enseñar el agricultor a sus hijos?

Respuestas

A hacer cosas.

A comer verduras.

A ser agricultores.

Retroalimentación

Pregunta

¿Qué tenían que hacer los hijos para ser ricos?

Respuestas

Trabajar.

Escuchar al padre.

Descansar.

Retroalimentación

Pregunta

¿De dónde quiso apartar el padre a sus hijos?

Respuestas

Del campo.

Del trabajo.

De la vagancia.

Retroalimentación

Pregunta

La edad del anciano le hizo olvidarse de: 

Respuestas

En qué trabajaba.

De su nombre.

De los nombres de los hijos.

Del día del año que hay que trabajar para hacerse rico.

Retroalimentación

Pregunta

¿Cómo llamaba el anciano al día que había que trabajar?

Respuestas

Bendito.

Soleado.

Afortunado.

Retroalimentación

Pregunta

¿Qué edad tenía el padre?

Respuestas

Sesenta años.

Mucha edad.

Algunos años.

Retroalimentación