LECTURA 42
LA TORTUGA Y LA LIEBRE
Una liebre se burlaba de una tortuga.
-¡Qué lenta eres! ¡Cómo te arrastras!
-¿De veras? - dijo la tortuga-. Haz una carrera conmigo y te venceré.
- Qué jactanciosa eres –dijo la liebre-. De acuerdo, correré contigo.
¿A quién pediremos que marque la línea de llegada y confirme que la carrera es justa?
- Pidámoselo al zorro –dijo la tortuga.
El zorro era muy sabio y justo. Les mostró la línea de partida y cuánta distancia debían correr.
La tortuga no perdió tiempo. Partió de inmediato y continuó la marcha. La liebre anduvo a brincos varios minutos, hasta que dejó a la tortuga muy atrás. Sabía que podía llegar rápidamente a la meta, así que se acostó a la sombra de un árbol y durmió una siesta.
Al cabo de un rato se despertó y se acordó de la carrera. Se levantó de un salto y corrió a toda velocidad.
Pero cuando llegó a la meta, la tortuga ya estaba allí.
- Las carreras se ganan con tesón –declaró el zorro.
C.F.M.
Obra publicada con Licencia Creative Commons Reconocimiento Compartir igual 4.0